EL DOLOR PARTE II

VIVIR DESDE EL SER

 

 

   En esta época contemporánea hemos aprendido a buscar ser "alguien" cuando en realidad ya somos alguien, también buscamos insaciablemente bienes materiales, éxitos laborales y profesionales como si fuera lo más importante en esta vida. No digo que no sea importante, sin embargo, hacemos a un lado otras cosas sumamente importantes para los seres humanos, muchas personas llegamos a olvidarnos de nosotros mismos, le exigimos a nuestros cuerpos jornadas de trabajo de más de diez horas y hasta que terminamos el día, nos percatamos que nuestro cuerpo y nuestra mente están agotados. Nos convertimos en un engranaje de esta gran maquinaria industrial y comercial. Nuestra mayor recompensa es esperar el fin de semana y no saber qué hacer con nuestro tiempo libre, así buscamos algunas diversiones y pasar algún rato con nuestros amigos o con nuestra familia.

 

   Cuando llegamos a perder nuestro flamante empleo, caemos en una profunda depresión, nos invade la angustia y quedamos confundidos sin saber qué hacer, como si nuestra vida se hubiera terminado. Las personas que llegan a jubilarse, tampoco saben que hacer con su tiempo libre, también se deprimen profundamente y envejecen más rápidamente. Tantos años esperando ese momento y cuando llega, parece ser que se les acabó la vida. El trabajo es importante, claro que sí, pero no lo es todo, pero, ¿dónde comienza todo?

 

   Cuando somos niños, alrededor de los dos años, nuestros padres nos empiezan a decir No a algunas cosas que hacemos, muchas veces es para evitar algún accidente, o para evitar que rompamos algo de la casa y en otras muchas ocasiones, es para educarnos, sin embargo, el niño siente que le retiran su afecto, que por un momento no lo están queriendo como él o ella necesitan, el niño es aún muy pequeño para entender las buenas intensiones de sus padres, entonces, busca cómo agradar y complacer, así se comienza el camino a dejar de ser uno mismo y comenzamos a ser como otras personas (padres, maestros, tíos, vecinos, jefes, sociedad en general) esperan que seamos, nos comenzamos a amoldar a las expectativas ajenas y nuestro verdadero ser queda enterrado dentro de nosotros, son los Condicionamientos de la Sociedad. Creamos una "Identidad" que nos acompañará el resto de nuestras vidas y nuestro ser real vive frustrado y vacío, y trataremos de llenar este vacío existencial con objetos materiales, con mayores éxitos, con relaciones sentimentales que muchas veces fracasan, e intentamos ser felices lo mejor que podemos pero, paradójicamente, conseguimos lo contrario a lo que en realidad deseamos, porque fueron necesidades que nos hicieron creer que eran "nuestras" necesidades. Vivimos desde el "Deber Ser", con miles de obligaciones que nos pesan terriblemente, y entonces vamos al trabajo con desagrado, y estudiamos carreras para "ser alguien en la vida" y tener logros profesionales, tener un buen carro para atraer mujeres hermosas; y cuando algo sale mal, nos quedamos confundidos y desorientados porque no entendemos qué hicimos mal si por el contrario, hicimos todo lo que nos dijeron debíamos hacer. Claro, a nuestro país le conviene tener gente preparada y productiva, pero también esclavizada a sus empleos y enajenadas con las cuestiones materiales, hasta existe el dicho de "dime cuánto tienes y te diré cuánto vales", yo creo que valemos, por el simple hecho de que somos seres humanos que estamos haciendo lo mejor que podemos. Y en esta lucha se crea la terrible competencia, competir con otros para obtener más y mejores cosas, el pago, es una enorme angustia. Me imagino que alguna vez pensaste "cuando tenga X coche, voy a ser muy feliz" "Cuándo tenga esa casa, ese puesto, ese hombre o esa mujer, ese viaje, ese vestido, zapatos, título, negocio, etc., etc., voy a ser muy feliz" Yo te pregunto: ¿Cuánto tiempo te duro esa felicidad? ¿Realmente llenó tu vacío existencial? ¿O es que sigues pensando que cuando encuentres lo que aún no has conseguido vas a ser feliz?



Psic. Elena Bouchot Gamas
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