cómo educo a mis hijos?? Parte IX

CORREGIR SIN LASTIMAR

Para poner límites no es necesario enjoarse, mucho menos ofender o lastimar a otra persona. Yo prefiero juzgar el acto, no a la persona, no es necesario desvalorizar al hijo o hija para educarlos o corregirlos, eso lastima su autoestima y deja heridas que pueden durar toda la vida, dependiendo lo fuerte de las palabras. Aún así, no estoy de acuerdo en lo absoluto del maltrato de ninguna manera, las consecuencias son más que evidentes como nefastas. Al poner límites, como dije anteriormente, puedo juzgar lo que mi hijo hizo, puedo decirle que me enojó, que no quiero que lo vuelva a hacer, y voy a evitar decirle: "Tú eres un tal por cual....."

Los padres somos las personas más importantes para nuestros hijos, ellos toman muy en serio lo que decimos, y somos su ejemplo a seguir y un ejemplo habla más que mil palabras.

No es necesario gritar, pegar ni enojarse para poner límites, simplemente se requiere de una buena dosis de firmeza y de estar convencidos de que es por su propio bien.

No etiquetarlos, el niño que esta en vías de desarrollo y que aún no sabe quien es, se auto – define por lo que los padres y otras personas les dicen que es, así que nuestras palabras quedan prendidas como etiquetas en su subconsciente.

Repetir constantemente una frase al niño, termina por afirmar la conducta que queremos corregir, es paradójico!! Por ejemplo, cuando le decimos a un niño que "no sea grosero", frecuentemente terminará por creerlo y en eso es en lo que se convertirá".

No hay recetas para educar, pues somos seres humanos, cada uno diferente y único. La relación con los hijos es lo más importante, acercarme, convivir, platicar con una buena comunicación, observarlos atentamente para conocerlos a fondo y descubrir su temperamento único, sus gustos, sus disgustos. Este conocimiento nos va a parmitir saber cómo educarlos de mejor manera, basándome en su temperamento. En el próximo capitulo hablaré de los diferentes tipos de temperamentos, porque el conocimiento da la paciencia y comprensión, y con ello el amor necesario para esta tarea tan demandante y de vital importancia. Estamos tratando con seres humanos, ya te podrás imaginar la responsabilidad que como padres y madres tenemos en nuestras manos.

Creo que lo más acertado es amar incondicional y honestamente desde nuestras imperfecciones y errores. Observar, conocer y aceptar, a esos seres pequeños que aún están aprendiendo a ser ellos mismos.

Psic. Elena Bouchot Gamas
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