EL MIEDO ME AYUDA

Hoy tuve otra gran sesión de terapia con Carmen, mi paciente de 14 años, hoy hablamos del miedo, creo un sentimiento etiquetado como negativo. El que tiene miedo es llamado cobarde muchas veces débil, y en otras... peor todavía. Recordando situaciones de gran miedo en mi vida y al analizar las de mi paciente, ambas nos dimos cuenta de cómo reacciona el cuerpo ante estos momentos: El corazón se acelera, los sentidos (todos) se agudizan, palidecemos, temblamos, en pocas palabras, el miedo y sus sensaciones intensas (aunque sean muy desagradables) nos preparan para la defensa, ya sea huyendo, atacando o paralizando. Todo nuestro ser está inmerso en dicha situación, estamos totalmente alertas, en el aquí y el ahora, no existe nada más, ni siquiera el tiempo que parece detenerse y perdemos la noción del mismo, somos capaces de detectar muchos detalles que nos dan información de cómo actuar, en milésimas de segundo debemos tomar una decisión importante, que en algunos casos puede ser de vida o muerte.

En mi opinión, el miedo es uno de los sentimientos que nos puede ayudar a la supervivencia, por la misma connotación negativa, es común que se deje de sentir conscientemente y se contacte algún otro sentimiento, por ejemplo, en lugar de sentir miedo siento enojo, muchas veces el enojo ciega y perdemos la oportunidad que el miedo nos da de observar intensamente la situación y todos sus detalles para orientarnos a la mejor manera a actuar, las consecuencias pueden ser negativas, pues a veces será necesario huir o quedarnos quietos, entonces el enojo hará que la persona ataque en el momento menos indicado. Conozco un caso muy cercano de una persona que fué asaltada, su reacción fué golpear furioso a su atacante y este reaccionó dándole un disparo en el abdomen. Este es un caso extremo, hay otros muchos no tan dramáticos y que también pueden traernos dificultades y conflictos interpersonales, ahora recuerdo el caso de un ex compañero de trabajo que temía ser despedido por un recorte de personal que estaba sucediendo en la empresa donde trabajábamos, un día su jefe lo llamó a su oficina, él pensó que lo iban a despedir así que entró con la espada desenfundada, listo para atacar a la primera oportunidad, por supuesto, fué despedido por su actitud grosera y agresiva. Cabe mencionar que también es posible que después de contactar nuestro miedo y permitir que este trabajo en nuestro favor y beneficio lleguemos a sentir coraje para entonces defendernos con potencia. Es complejo ver la diferencia pues en momentos de problema, estamos atentos a la situación y actuamos más por instinto, desde el inconsciente, perdemos la noción de lo que sentimos y pensamos, para después de que sucedió el incidente se puede hacer un análisis del asunto con mayor consciencia.

Psic. Elena Bouchot Gamas
Consultorio: 52-33-78-72
Celular: 55-2951-5860
Página Web:
www.consultagestalt.com
Blog: http://www.gestaltconsulta.info/
Consultorios en: Col. del Valle y Col. Lindavista
México, D.F.



Comentarios

Entradas populares