Horarios de Trabajo Mortales

Hoy fuí a una entrevista de trabajo, todo iba muy bien, el sueldo, el lugar era elegante y no tan lejos de mi casa, el puesto me iba como anillo al dedo pero.... el horario era mortal, entrar a trabajar a las 9 para salir, tal vez 10 u 11 de la noche, trabajar sábados y domingos, pero sobre todo estar disponible las 24 horas del día por si se le ofrecía algo al jefe. En ese preciso momento mi alegría y entusiasmo se fueron al suelo, no podía aceptar algo así por dos razones, la primera, yo quería combinar la terapia con un empleo formal para obtener mayores ingresos ( con ese horario iba a ser imposible) y segunda, ¿Y mi vida personal? ¿Mis hijos y familia? El sueldo y las prestaciones eran muy buenas pero creo que eso no compensa vender mi alma al trabajo y ser una esclava de alguien las 24 horas del día literalmente.

Y no es algo nuevo, ahora con la crisis económica, miles si no es que millones de personas se ven obligadas, a temor de perder sus empleos, ha trabajar jornadas de trabajo de 10 o 12 horas al día, haciendo la labor de 2 o 3 personas y recibiendo el salario de una sola sin recibir pago por horas extra. Ahora son los "Modernos Esclavos de Cuello Blanco". Afortunadamente tengo mis consultorios que me permiten vivir dignamente y pude rechazar la oferta laboral, pero muchas personas no tienen otra opción y tienen que aceptarlo para mantener a sus familias, hombres y mujeres tienen que hacer su vida personal y a sus familias por trabajar.

Cuando viví en Estados Unidos, me impresionó saber que allá, en las oficinas, las luces las apagan y corren a sus empleados a las 5 de la tarde, porque si no han terminado sus labores en 8 horas es porque el empleado no está trabajando debidamente. Allá les interesa el bienestar de las personas, saben que un empleado agotado, frustrado y enojado produce mucho menos (aunque trabaje mucho más) que un empleado contento y relajado que ve a su familia todos los días y que tiene tiempo para ir a realizar sus actividades favoritas.

Y qué decir de las enfermedades que produce el exceso de trabajo, el estres, el agotamiento, la falta de sueño y el fastidio. Está demostrado el fuerte impacto corporal, emocional y psicológico que reciben las personas en estas situaciones laborales.

Por las mañanas cuando salgo a trabajar, observo a las personas de qué manera van rumbo a sus trabajos y escuelas, la mayoría van tristes, cansados, malhumorados peleando a la primera provocación, POCOS, son pocos los que van contentos o al menos tranquilos. Yo considero que el trabajo, sea cual sea, es una actividad gozosa y placentera, sin embargo, hemos aprendido lo contrario, que es un sacrificio que durará años y bendito Dios cuando nos jubilemos, pasamos los mejores años de nuestra vida sufriendo el trabajo en vez de disfrutarlo alegremente. Si de por sí ya tenemos un concepto terrible de lo que es trabajar, peor, mucho peor aún cuando nos enfrentamos a esas condiciones laborales. Ambos factores enferman a nuestra sociedad ¿Quién realmente quiere trabajar?

El trabajo debería ser la realización de nuestra vocación de vida, el momento de utilizar nuestra creatividad con gozo y todas las capacidades y potencialidades para ofrecer un servicio a otros, de ofrecer lo mejor de mi y además recibir a cambio un salario que me permita pagar mis gastos.


"Dichoso el que gusta las dulzuras del trabajo sin ser su esclavo". Benito Pérez Galdós
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Psic. Elena Bouchot Gamas
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