"El Camino del Amor" Deepak Chopra

Estoy leyendo un libro maravilloso de Deepak Chopra "El Camino del Amor" y hay un pasaje que deseo compartir con ustedes porque me pareció muy acertado y la manera del escritor de expresarlo me pareció muy poético y humano.
 
"Fuiste creado para ser completamente amado y completamente digno de amor, por toda tu vida".
 
Si no te sientes completamente amado ni completamente digno de amor es porque no te identificas con tu naturaleza espiritual. Tu sentido del amor ha perdido lo único de lo que no se puede prescindir: su dimensión superior. ¿Cómo sería restaurar esa parte perdida de ti?
 
Mente, cuerpo y espíritu se unirían; esta unión crea el amor que tienes para dar.
Tú y tu ser amado os uniríais; esto crea el amor que tienes para compartir.
 

En lo más profundo de nuestra naturaleza, cada persona está destinada a ser el héroe o la heroína de una eterna historia de amor. La historia se inicia en la inconciencia, con el nacimiento de un bebé en el cariñoso abrazo de su madre. Continúa a través de etapas de crecimiento, a medida que el niño se familiariza con el mundo. El círculo de amor se amplía con más y más experiencias: incluye primero a familiares y amigos, al compañero íntimo después; pero también incorpora el amor por cosas abstractas, como el saber y la verdad. El viaje hacia la madurez nos lleva al amor de dar y al florecimiento de valores más elevados, como la compasión, el perdón y el altruismo. Finalmente existe la experiencia directa del espíritu mismo, que es amor puro. El viaje termina en el mismo conocimiento con que el bebé comenzó, aunque no pudiera expresarlo: yo soy amor.
 
Sabes que has experimentado plenamente el amor cuando te conviertes en amor; tal es el objetivo espiritual de la vida.
 
No son muchas las personas que descubren el objetivo espiritual de la vida. La dolorosa necesidad creada por la falta de amor sólo se puede satisfacer aprendiendo de nuevo a amar y a ser amado. Cada uno de nosotros debe descubrir por sí mismo que el amor es una fuerza tan real como la gravedad y que ser sostenido por él todos los días, a cada hora, a cada minuto, no es una fantasía: debería ser nuestro estado natural.
El objetivo de este libro es revivir historias de amor que nunca debieron haberse marchitado. La únión del yo y el espíritu no sólo es posible, sino inevitable. El significado espiritual del amor se mide sobre todo por lo que es capaz de hacer, que es mucho.
 
El amor puede curar.
El amor pude renovar.
El amor puede protegernos.
El amor puede inspirarnos con su poder.
El amor puede acercarnos a Dios.
 
Todo lo que el amor se propone hacer es posible. Sin embargo, saberlo sólo ha servido para que la brecha entre el amor y la falta de amor resulte más dolorosa. Incontables personas han experimentado el amor (como placer, sexo, seguridad, disponer de alguien que satisficiera sus necesidades cotidianas) sin que se les abriera un sendero especial. Para la sociedad, el ciclo normal del amor consiste, simplemente en hallar un compañero adecuado, casarse y criar a los hijos. Pero este patrón social no es el camino, pues la experiencia de casarse y tener familia no es automáticamente espiritual. Aunque sea triste decirlo, muchas personas entablan relaciones de por vida en las que el amor se marchita con el tiempo o proporciona un compañerismo duradero sin crecer en su dimensión interior. Un sendero espiritual tiene una sola razón de ser: mostrar el camino para que el alma crezca. Porque a medida que crece, se revela la verdad espiritual, se redime la promesa del alma.
 
Cuando halles tu sendero hallarás también tu historia de amor. En la actualidad, la gente vive consumida por dudas al respecto a sus relaciones: "¿He encontrado al compañero adecuado?
¿Soy fiel a mí mismo? ¿He renunciado a la mejor parte de mí mismo?" Como resultado, existe una incansable especie de consumidores a la búsqueda de un compañero que comprar, como si se pudiera hallar al "adecuado" sumando los pros y los contras de la posible pareja, hasta que el número de pros iguale alguna medida mítica. Sin embargo, el camino hacia el amor nunca se refiere a lo externo. Al margen de la buena o mala que parezca tu relación, la persona con la que estás en estos momentos es la "adecuada" porque es un espejo de lo que eres por dentro. Esto es algo que nuestra cultura no nos ha enseñado (como tampoco ha sabido enseñarnos otras tantas cosas sobre las realidades espirituales). cuando discutes con tu compañero estás discutiendo contigo mismo. Cada defecto que le ves toca una debilidad negada en tu interior. Cada conflicto que plantees es una excusa para no enfrentar tu conflico interior. Por lo tanto, el camino hacia el amor aclara un error monumental, que cometen millones de personas: el error de creer que alguien, alla fuera, va a dar (o tomar) algo que aún no tienes. Cuando realmente encuentras el amor, te encuentras a ti mismo. (Yo diría también que cuando te encuentras a tí mismo encuentras el amor).
 
Por ende, el camino hacia el amor no es una elección, pues todos debemos descubrir quienes somos. Tal es nuestro destino espiritual. El camino se puede posponer, puedes perder la fe en él y hasta desesperar de que el amor exista siquiera. Nada de eso es permanente; sólo el camino lo es. La duda refleja el ego, que está limitado en el tiempo y el espacio; el amor refleja a Dios, eterna esencia divina. La promesa última, en el camino hacia el amor, es que caminarás a la luz de una verdad que extiende más allá de cualquier verdad que tu mente conozca ahora.
 
 
                                                                                                                        

Psic. Elena Bouchot Gamas
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