LAS PROFUNDIDADES DEL AMOR

 

 

 

El amor no puede tener otra dimensión que "profundidad e inmensidad", jamás podrá ser superfluo, temporal o pasajero.

 

Es inmenso, tanto, que es fácil perder muchos de sus ángulos. No tiene una forma determinada porque siempre está en

movimiento. Crece, se expande, se reduce, es vida y por lo tanto palpita, respira y es inquieto.

 

El amor es grandeza y reside en todos los lugares posibles, también en el espíritu humano, y la grandeza del espíritu

tiene que ser tal, que tenga la capacidad de albergar tremenda energía de creación y de acción.

 

El amor se ha considerado como un hermoso sentimiento que alguien "me hace sentir", "enamoramiento", "pasión",

y otros sinónimos que son, desde mi punto de vista, la parte más superficial del amor, apenas el inicio de algo mucho,

mucho más complejo, enorme, lleno de profundas raíces, profundas e ilimitadas capacidades que, como seres humanos

es aún imposible comprender. Por lo tanto, el amor es también una capacidad que puede desarrollarse pero no agotarse.

 

 

Psic. y Psicoterapeuta Gestalt Elena Bouchot Gamas
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