¿De verdad quieres ser madre?





 

 

La idea de la maternidad está fuertemente arraigada en la sociedad, sin embargo la maternidad no siempre es una decisión libre sino un "debería" de muchas mujeres bajo una fuerte presión social que a muchas las obliga a ser madres cuando ni siquiera saben si realmente quieren serlo. Frases como: "¿Y para cuando el bebé?", el famoso "tic tac, tic tac" haciendo referencia al reloj biológico, advirtiéndonos a las mujeres que la etapa fértil se va a terminar pronto y nos vamos a perder la grandiosa experiencia de ser madres.

Lo que la sociedad quiere son más seres humanos, es como una obligación de las mujeres por ser mueres y es que la maternidad se ha convertido en la identidad femenina:

"Por una parte se han elaborado discursos y representaciones que la han unido a lo femenino hasta casi convertirla en la identidad de una mujer cuando no en una metonimia de ella misma (mujer y madre se confunden habitualmente, sin embargo, a pesar de que todas las madres son mujeres, no todas las mujeres son madres)". Moncó 2009.

Ser madre es una labor titánica, absorbe gran parte de nuestros recursos internos y externos, la responsabilidad que tenemos es la vida de pequeños seres humanos que dependen totalmente de nosotras y de sus padres. Es una labor de muchos años, que en la mayoría de los casos:

  1. No estamos preparadas para tremenda labor.
  2. No estamos conscientes de lo que implica ser madre hasta que estamos ahí.
  3. El trabajo es descomunal y de 24 horas los 365 días del año.
  4. Existen pocos apoyos para las madres.
  5. Hay más frustración y cansancio que alegría.

No todo es malo, la verdad para mí ha sido una experiencia, sí de mucho cansancio, miedo, frustración, enojo y todo lo imaginable que pueda vivir una mujer, y también de mucha felicidad, satisfacción y mucho amor.

Laura Gutman, escritora argentina menciona en su maravilloso libro "La maternidad y el despertar de la sombra" que: "Es verdad que he tomado la experiencia de convertirnos en madres como una de las crisis más profundas por las que atravesamos las mujeres". Y es que la maternidad tiene una fuerza avasalladora en nuestras vidas, viene a mover nuestras vidas y ponerlas de cabeza, y lo digo con una sonrisa en los labios porque así es el amor, llega como un torbellino a poner nuestras vidas en descontrol y desorden, pero nuestros hijos serán el gran amor de nuestras vidas.

Nuevamente citando a Laura Gutman, ella hace referencia de la maternidad como: "Lo maternal implica abnegación, tolerancia, amor incondicional, entrega, dulzura, paciencia, comprensión, altruismo…, todas cualidades necesarias para ser capaces de criar hijos".

Sin embargo, el rol femenino ha cambiado mucho actualmente, más y más mujeres quieren triunfar, queremos triunfar (me incluyo), en nuestra vida laboral y existe un tipo de castigo a nosotras por romper el eterno rol de género femenino y maternal, de romper el "deber ser buenas madres", de quedarnos en casa y entonces la vida se nos vuelve un infierno porque además de trabajar profesionalmente, debemos atender las labores de nuestro hogar y además…. Ser madres. De por si cada parte es enorme, manejar las tres, y las cuatro porque no debemos (¿?) olvidarnos de que nosotras, también existimos y necesitamos muchas cosas, pero sí, muchas veces nos olvidamos de nosotras mismas para medio cumplir, exhaustas con nuestras obligaciones.

En consulta terapéutica he escuchado y atendido a algunas mujeres que están agotadas, desesperadas y para nada felices, se han dado cuenta que no querían ser madres, y aunque aman a sus hijos no se sienten satisfechas en sus vidas. Algunas me han comentado que tuvieron a su hijo por no perder a su esposo quien las presionaba con tener hijos y otras simplemente sintieron que debían ser madres porque era el paso lógico siguiente, era lo que se esperaba de ellas pero ahora, todas estas mujeres que sí aman a sus hijos no se sienten satisfechas ni contentas en sus vidas. Lo dicen con culpa ¿cómo una madre que ama a sus hijos puede atreverse a decir que no querían ser madres? Y solamente se atreven a confesarlos en la intimidad y confidencialidad de un consultorio de psicoterapia, y si lo dicen con culpa y vergüenza como si hubieran cometido un crimen.

Las consecuencias son diversas, porque estas mujeres al darse cuenta de que no deseaban tener hijos y los tuvieron pueden, según he visto en algunos casos, aliviar su culpa y vergüenza mimando y protegiendo demás a sus hijos, comprando objetos en exceso, dando demasiados mimos y consintiendo de más a sus hijos; todo ello dañino, los excesos y las carencias en extremo siempre son dañinos.

¿Recuerdas los términos hiper-paternidad, el síndrome del emperador, y el maltrato hacia los padres? Sí son términos muy de moda últimamente y que en gran parte se debe a lo anteriormente mencionado y que hay que pensar, sentir y decidir con calma, paciencia y profundos actos de introspección para estar seguras de querer ser madres o no porque la maternidad es la decisión más importante y de más grandes consecuencias que vamos a tener en toda nuestra vida.

Decidir no ser madre es válido, pero tendrás que escuchar muchos comentarios y críticas porque la sociedad querrá presionarte a que lo seas y les entregues tus hijos al mundo como un legado que asegure la permanencia humana en este planeta. 



Psic. y Psicoterapeuta Gestalt Elena Bouchot Gamas
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