El trabajo de mamá, ¿termina algún día?




He estado pensando últimamente sobre la maternidad y la labor tan grande que es, es un trabajo donde la gran mayoría de las mujeres abandonan sus propias vidas y dedicarse a ser madres. Es verdad, esto ha cambiado, salvo porque además, muchas de nosotras también trabajamos laboralmente. Pero el ser madres es nuestra prioridad.


Me integro al grupo de madres que trabajamos arduamente por el futuro de nuestros hijos, pues esta es nuestra máxima preocupación, que nuestros hijos sean gente de bien, que no cometan errores que paguen muy caro, que su futuro sea feliz. Ponemos nuestras expectativas no en los hijos actuales, sino en las mujeres y hombres del futuro.


La maternidad es un tema enorme y sumamente complejo, la sociedad y la familia están muy atentas a la labor de nosotras, cuidando lo que hacemos pues la importancia de nuestro trabajo materno es sumamente delicado e importante, ¿Porqué? porque en nuestras manos están las siguientes generaciones de humanos, así como el futuro humano que nuestros hijos representan.


Pero... esta enorme labor ¿termina algún día? Yo creo que no, veo madres adultas mayores que aún siguen corrigiendo a sus hijos sin importar que estos tengan 40, 50 o 60 años de edad. Creo que la labor materna nos da un estatus, una importancia social muy grande y es probable que no la queramos dejar, pues nuestra identidad de mujer esta valuada por la maternidad, el ser madres nos hace "valer más como mujeres", esto sé que suena muy fuerte, pero es cierto; Lo que sí creo es que no es tan correcto, pues implica que nosotras dejemos a un lado nuestra vida, nuestros sueños y futuro, implica mucho sacrificio por un futuro que no depende solamente de nosotras, podría ser necesario un mayor equilibrio tanto en el trabajo de educar, criar y cuidar a los hijos como en las responsabilidades de tremenda labor.


El trabajo materno debe irse modificando y reduciéndose conforme los hijos van creciendo e independizándose hasta que los podamos soltar completamente. Esto no quiere decir que nunca jamás los podamos apoyar en algunas situaciones, significa que ya nuestra obligación de cuidarlos, educarlos y criarlos ha terminado. Amarlos y apoyarlos es otra cosa. 


Temo que no sabemos llegar a este punto, pues nuestras vidas han girado por completo al rededor de nuestras hijas e hijos y no podemos o no sabemos cómo terminar con este círculo indefinido. Después de haber entregado nuestra vida ¿qué vida voy a tener yo si no desarrolle una vida propia? Y entonces ya no puedo parar así tenga 80 años y mis hijos más de 60. 



Psic. y Psicoterapeuta Gestalt Elena Bouchot Gamas
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