Confesiones de una pintora, "Ser Artista".

 

 

 

Aunque toda mi vida había tenido una pasión indudable por el Arte, no me enseñaron que ese era un camino serio que valiera la pena seguir. Por el contrario, aprendí (como la mayoría de las personas) que tener un título universitario para después conseguir un buen trabajo, era la manera "correcta" de hacer las cosas.

 

Algunos adultos importantes en mi vida me persuadieron a estudiar ciencias, pues decían que mi inteligencia no se debería desperdiciar en Artes y Humanidades. Y yo, que no quería decepcionar  esas personas y además me gustaba sentirme validada al ser vista como alguien inteligente, decidí hacerles caso y presentar un examen para estudiar biología y posiblemente neurociencias después.

 

Llegó la fecha del examen que era un par de días después de mi cumpleaños (el cual pasé estudiando como loca). Recuerdo perfecto la sensación de estar sentada en la banca frente al examen, y aunque había estudiado por meses y estaba familiarizada con los temas, algo en mí se rehusaba a contestar las preguntas. Empecé a tener nauseas y a sentirme muy incómoda. Traté de respirar profundo y empecé a escuchar un voz que me decía, "Tú realmente no quieres estar aquí, no quieres estudiar en esta universidad, ni esta carrera".  Creo que esa fue la primera vez que una parte muy sabia de mí se manifestó como guía. Algunos le llaman intuición, verdadero ser o voz del corazón; no importa mucho el nombre que se le otorgue, lo importante es que yo sentía que ese mensaje me estaba guiando. Salí de la escuela en la que presenté el examen sintiéndome aún mareada y muy confundida.

 

Me tomó tiempo procesarlo, pero me di cuenta de que ese mensaje era real, yo no quería estudiar eso pero me daba miedo aceptarlo. No fueron meses agradables después de ese suceso, me sentía más confundida que nunca en cuanto a qué camino tomar, sobre todo me sentía fracasada al no cumplir las expectativas que personas cercanas tenían de mí. Eso me llevó a sentirme profundamente deprimida y con una desgarradora sensación de no ser suficiente.

 

Una de las razones por las que no podía ver el Arte como un camino serio era que alguna vez un médico cardiólogo me dijo que el Arte no servía para ayudar personas. Y yo tenía el profundo deseo de hacer algo significativo, quería poder conectar sinceramente con las personas, quería impactar positivamente al mundo. Por alguna razón, guardé las palabras de esa persona muy dentro de mí y lo peor es que por mucho tiempo las creí verdaderas.

 

Presionada por mis creencias absurdas de "ser alguien en la vida" empecé a estudiar una carrera: Psicología clínica. Solía decir para mis adentros -No son ciencias, pero al menos puedo ayudar a la gente y voy a tener un título-.

 

Siempre he disfrutado mucho aprender y entender el mundo y en la carrera tuve materias muy interesantes pero no había ninguna chispa en mí al entrar a clases. Y conforme avanzaba el tiempo me sentía menos atraída a la idea de ser psicóloga clínica. Hasta que descubrí un diplomado en Arte terapia y pensé que estudiar eso después de la carrera sería mi salvación, pues aunque no fuera de manera directa, estaría en contacto con el Arte.

 

A la par de entrar a la escuela empecé a ir a Terapia con Elena Bouchot, por razones que ahora veo, sólo eran la punta del iceberg. Sobre todo había un sentido general de insatisfacción que permeaba todos los aspectos de mi vida. También había una sensación de no ser suficiente, heridas no sanadas y mucho odio hacia mí misma.

 

En Elena encontré una escucha amorosa y una guía profesional que me enseñó a ver que todas mis acciones, incluso las de autosabotaje tenían una razón de ser, que era en su mayoría, protegerme. Me mostró un panorama más amplio en el que no había nada malo en mí y que si trataba de comprenderme con compasión, poco a poco el odio y el miedo se irían transformando en amor. Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo.

 

Sesión tras sesión, los efectos de comprenderme y de ser escuchada se empezaban a reflejar en la manera en la que me sentía, comencé a conocer un bienestar que me había sido ajeno toda la vida. Muchos aspectos en mi vida mejoraron, incluso mis relaciones. Aunque aún tenía bajones emocionales, me sentía mejor.

 

Pero había un aspecto que no parecía mejorar. Había renunciado a mi trabajo por que tenía el sueño de iniciar un proyecto y poner una tienda en línea en la pudiera vender Arte. Pero desde el momento que renuncie sentí un bloqueo creativo. Tenía muchas ganas de iniciar y sentía que mi corazón me llamaba a eso, pero tenía más miedos y creencias limitantes que se interponían entre mi sueño y yo.

 

Elena y yo empezamos a trabajar con ese tema para poder entender porqué no me atrevía a hacer eso que tanto anhelaba.

 

Y por una travesura de mi subconsciente, olvidé reinscribirme a la escuela, el tiempo de tolerancia se venció y me dieron de baja un semestre. Cuando me avisaron, la idea me tomó por sorpresa, sentí como si todo mi suelo se hubiera desmoronado bajo mis pies. Mi respuesta emocional fue desproporcionada, sentí una frustración tremenda y a la vez un extraño alivio.

-No sé porqué me pongo tan mal-, pensaba, -Puedo esperar unos meses y regresar a la escuela, ¿pero es esto lo que realmente quiero?-

 

Tuve una sesión con Elena al día siguiente.

Comprendí que lo que me dolía era aceptar que estaba siendo muy infeliz siguiendo el camino que me dijeron que era el "correcto". En otras palabras, ir en dirección opuesta al llamado de mi corazón era la fuente de toda mi insatisfacción.

 

Y el llamado de mi corazón era muy claro. Es el Arte, siempre ha sido el Arte.

Fue necesario desmantelar todo mi sistema de creencias que me decía que el Arte no era un camino que valiera la pena tomar y que dedicarse a cosas creativas no era un trabajo real. Entre muchas ideas absurdas que ni siquiera eran mías pero que yo había adoptado.

 

Pero sobre todo fue necesario tener la valentía para elegir un camino poco convencional, alejado del "deber social" al que estaba condicionada.

 

Mi más profundo deseo, y me atrevo a decir que es mi misión de vida, es expresar y compartir algo significativo con las personas, poder conectar de manera profunda y tener un impacto positivo.

En una de mis sesiones con Elena me di cuenta de que eso es lo que yo hago cuando pinto, cuando escribo  y comparto mis creaciones, y que en repetidas ocasiones, personas me han contactado para decirme que se identifican conmigo, o que necesitaban esas palabras en ese momento, o que aprecian mi Arte. Eso me llena de satisfacción.

 

Seguir un camino poco convencional me asusta muchísimo, pero no se compara a la libertad que siento y a la satisfacción indescriptible que surge de dedicarme a lo que amo.

 

Hace poco compartí una ilustración que decía: "Todos los caminos que creías errados te llevaron a donde realmente querías ir; aunque no te habías dado cuenta, hasta ahora."

Y me refería a esta experiencia.

 

Quiero enfatizar lo importante que fue para mí llevar un proceso terapéutico, pues la introspección, cuando se tiene una mente llena de creencias limitantes, no basta para hacer un cambio y sanar. Agradezco profundamente a Elena por acompañarme y guiarme. Y agradezco a Amilcar y a mi madre por creer en mí incluso antes de que yo lo hiciera.

 

Si pudiera decirle algo a aquel cardiólogo que me desalentó sería, "Yo no soy médico, pero soy Artista y al igual que usted, toco corazones y ayudo a la gente. Mi trabajo también es valioso".

 

Ojalá que todos encontremos algo que nos apasione, toquemos corazones y ayudemos gente, cada quien a nuestra manera.

 

 

@Miyuki Berrelleza Art

 

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